martes, 27 de noviembre de 2012

Max Weber

Weber fue un destacado sociólogo alemán que nacio en Erfurt, Prusia, 1864, y más tarde muere en Múnich, Baviera, 1920.

Fue además un notable renovador de la ciencia sociales, por ejemplo en la metodología: en la cual llegó a la conclusión de que no debía ser una mera imitación de los empleados por las ciencias físicas y naturales, puesto que en la sociedad intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones que deberían ser tomandos en cuenta para enternder su por qué.

El siguiente video nos ayudará a comprender un poco más la sociedad y la ciencia.


La Ciencia y la Política


La Ciencia y la Política han estado ligadas desde hace muchos años. ¿Quién pensaría que es algo que trasciende desde los tiempos de la Nobleza y el Clero? ¿Chocante, no? Sucedía que los príncipes hacían uso de los sabios para beneficiarse de sus conocimientos a cambio de recompensas o títulos. Esto es algo que hoy día es básicamente igual, a los científicos se les beneficia con financiar sus investigaciones.

Yace en los orígenes del poder político esta estrecha relación, cuando éste ha exigido el tratamiento de sus necesidades o apuros, notablemente interesados de ayuda, y del mismo modo los sabios acudían a ellos, pues necesitaban de apoyo para sus investigaciones. Evidentemente hoy día calificamos su utilidad como algo “Casto” pero realmente aunque innovadoras que fueron la Élite tuvo otros fines en ellas.

Esta estrecha alianza entre ambos siguió existiendo en un sentido similar a partir del siglo XVI cuando se trató de que Ciencia dejara de ser vista como algo instrumental a favor del Estado. Esto se debió gracias a las utopías, es decir, que surgieron proyectos muy buenos en el uso de la Ciencia pero que en un sentido eran planes de gobierno en los que todo estaba perfectamente planificado.

Eventos similares han ocurrido en los siglos posteriores, podemos citar la Revolución Industrial y la Guerra Fría. Hoy esto ha cambiado un poco con el surgimiento de instituciones que financian proyectos científicos, incluso en América Latina, como: Agencia de Promoción Científica y Tecnológica (Argentina) y COLCIENCIAS. Tal vez en un futuro no muy cercano el Estado tome más iniciativas que desarrollen e incentiven realmente la investigación científica para el bienestar de la sociedad.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Los límites de la ciencia


Son interesantes todos los puntos de vista desde los cuales este tema se puede analizar y explicar, por ejemplo: desde lo cultural, la escuela, el género, lo religioso, entre muchos más. Para ser más precisos podemos enfocarnos desde lo cultural y la escuela, que en cierto punto envuelve el género.

Pues bien, quizá alguna vez nos hemos preguntado ¿Hasta donde la cultura limita la ciencia? o ¿Por qué nuestra sociedad no acepta el cambio? Si analizamos el modo de pensar (dígase popular) en la sociedad, la cultura siempre limitará la ciencia hasta el punto de considerar unas que otras de sus aplicaciones como tabúes o acciones en contra de esta.

Estas limitaciones se deben en cierto modo al mal uso de la ciencia por parte de las minorías poderosas sobre las mayorías débiles. Provocando una imagen adulterada de la ciencia. Lo que ha de llevar a la sociedad a desconfiar de lo que según entienden mañana podría exponerlos a algo peor. Un ejemplo claro es la energía nuclear, considerada problemática por sus peligroso potencial destructivo.

Con referencia al género, la sociedad tría o en algunos casos trae consigo desde hace cientos de años el pesar de que la mujer es inferior al hombre y que debe adoptar cierto un cierto comportamiento. Esto eliminó la posibilidad que mujeres con gran intelecto y potencial de desarrollar dichas habilidades, de modo que quizá hubiesen existido mujeres más destacada que Aristóteles, Pitágoras, Galileo Galilei, Alexander Graham Bell, entre muchos más.

En cambio, cuando lo vemos desde el punto de vista de la escuela, este asunto nos envuelve a todos. Precisamente, cuando vemos a un compañero o compañera que tiene cierto nivel intelectual y conciencia muy diferente a nosotros, no lo aceptamos en el grupo, en vez de tratarlo como alguien igual a nosotros y tratar de entender su filosofía. De modo que nos volvemos ignorantes y evitamos el cambio.

Para terminar la ciencia estará limitada por la sociedad hasta donde su cultura y pensar se limiten. La sociedad termina volviéndose conformista porque no acepta el cambio a un futuro de nuevas ideologías. Así que mientras los intelectuales sean olvidados, olvidados serán nuestros avances hacia el anhelado cambio.